Te sientas frente a la ventana, mirada perdida en el horizonte. Sabes que todo está cambiando en ese mínimo instante. La lluvia golpea el vidrio, tu ojos siguen el rumbo de las gotas al caer... todo cambia con el agua que del cielo cae. La naturaleza se despierta. Y tras un cristal, tú la observas, testigo del imperceptible, pero constante cambio. El agua lava y genera nueva vida...
La tormenta sigue, lleva horas así, los rayos y truenos no paran, los relámpagos iluminan la oscuridad... y, tras el vidrio, una muchacha sigue mirando, pensando que quizás, con el agua, también ella cambiará y se renovará...
Pensamientos recordando las tormentas del fin de semana ^.^
lunes, 19 de julio de 2004
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