domingo, 25 de septiembre de 2005

Lo más importante


Lo más importante

Mira alrededor.
Observa detenidamente.
Y después responde: ¿Cuáles son las dos cosas más importantes que has encontrado?
Cualquiera de tus respuestas es errónea, cualquier cosa que hayas pensado en primer lugar es incorrecta.
Ahora, cierra los ojos y vuelve a hacer la pregunta.
¿Qué es lo más importante?
No, eso tampoco es. Ni eso.
Ni cualquiera de los sustantivos que haya imaginado tu mente…
Nada.
Y, a pesar de todo, las tienes delante.
Las tienes en el interior.
Las ves siempre, en todas las cosas importantes que te rodean.
Ahora, con todas estas pistas, vuelve a pensar cuál seria la respuesta correcta a esa pregunta.
Mira más allá de todo lo que te rodea.
Mira y observa.
Busca a tu alrededor, busca en tu interior.
No veas, no observes, escudriña hasta el fondo, hasta el núcleo mismo de los objetos que te rodean. Mira más allá de lo que te muestra la materia. Desnúdala en tu imaginación. Quita capa a capa. Como si fuera una simple cebolla. Como si se hubiera convertido en ese vegetal. Hasta que no quede nada más que eso que buscas: la respuesta a la pregunta.
Cierra los ojos de nuevo (a veces vemos más sin mirar)
Junta las manos y siente lo que queda en ese minúsculo hueco.
Si, ahí todavía existe un “algo”: una de las dos cosas que estás buscando.
Exacto.
Y ahora ponle nombre.
No lo digas.
No rompas el silencio que ha empezado la primera vez que te has hecho esa pregunta, cuando has empezado a ver más allá de lo simple, de lo obvio.
Abre los ojos.
Separa las manos.
Y siente como el aire, se derrama, se esparce, juega a tu alrededor.
No se ve.
Sólo quien sabe mira, quien sabe observar, lo encuentra.
Pero siempre esta ahí: una de las dos cosas más importantes que existen en el mundo.
Eso y la vida.

Fin