martes, 23 de junio de 2009

Nadie

No era nadie. Caminaba sin chocar con las personas, perdiéndose en sus siluetas. Fijándose en sus rostros y expresiones. Deseando ser como ellos. Queriendo convertirse en aquello que ya no podía alcanzar. Pero siempre, al final, se quedaba quieto en medio de la calle. Dejaba que la lluvia traspasase su cuerpo sin sustancia y lloraba dejando que sus lágrimas invisibles se mezclasen con el viento que soplaba. Y añoraba un cuerpo. Y añoraba volver a ser alguien.


.