viernes, 4 de marzo de 2005

Homenaje



Homenaje

La pluma llevaba ya mucho tiempo goteando sobre el pergamino, un gran charco se había formado donde las gotas caían unas tras otras, sin percatarse el dueño de esta de la situación en la que estaba, pues tenia la mirada perdida en el horizonte, viendo más allá del paisaje que le ofrecía la celda, mirando detrás de la espesa oscuridad, mirando detrás de las sombras… mirando mas allá, al infinito cielo.
Los últimos rayos de luz se escondieron, y la luna empezó a brillar alta en el firmamento, fue entonces cuando el solitario ocupante de la habitación se dio cuenta del tiempo trascurrido.
- ¿Cómo puedo empezar? – murmuró entre dientes, mirando el inservible trozo que tenia delante, inutilizado pergamino - ¿Cómo puedo empezar a escribir la historia que quiero contar? – ahí delante se veía, junto con el gran borrón de tinta, unas palabras tachadas, unas tras otras, no quedando muy claro lo estaba escrito, o mas bien, lo que se intentaba escribir, pues tenia todo en la cabeza, pero no sabia por donde comenzar.
- ¿Cómo puedo empezar? – se volvió a preguntar a si mismo, mirando derrotado el pergamino. Y, como si fuera una ráfaga de viento fugaz, la inspiración vino de repente a posarse en su mente: tenia que empezar desde el principio, desde el inicio, desde el lugar donde todo comenzó – Bien, empecemos– cogio nuevamente la pluma entre sus dedos, manchándola de tinta y apoyó la punta en el pergamino – Veamos, un comienzo, un inicio… - las palabras no querían salir, aunque se amontonaban las ideas en su mente, una detrás de otra, las imágenes acudían a él, su historia, la que él quería plasmar estaba ahí delante, al alcance de su mano sólo tenia que encontrar la forma de empezar.
Algo le susurró en su oído, una frase, un inicio, y supo que eso era lo que andaba buscando desde muchos días, semanas atrás, y después….su mano ya no paró de escribir hasta que puso la palabra “Fin”
Satisfecho, miró su obra acabada, suspiró, ya que eso era lo que había buscado siempre, la culminación de todos sus esfuerzos se encontraba ahí delante. Sonrió feliz, y acomodando su cabeza entre sus brazos cruzados en la maltrecha mesa, se sumergió en el sueño más maravilloso que jamás había tenido.
Las musas, caprichosas ellas, se rieron desde una esquina de la habitación, les gustaba hacer esperar su llegada, les gustaba hacer sufrir a los que las llamaban, pero tarde o temprano acudían a reconfortar a aquellos que tenían el don de llamarlas… y oírlas.
El viento se coló por una rendija de la pared, revoloteó alrededor del escritor dormido, jugueteó con su pelo, y al final, en un último movimiento antes de desaparecer de ahí, movió ligeramente el pergamino inicial que servia para proteger el texto entero.
A la luz de la luna se pudo entonces leer la primera línea de esa gran obra maestra:
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”

miércoles, 2 de marzo de 2005

El amor y la locura

Como no estoy muy inspirada estos dias :( -debe de ser por la "resaca" de los examenes- copio este texto que hace muy poco leí en un foro (muchas gracias Chus por ponerlo :D).
Espero que les guste


Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades de los hombres en un lugar de la tierra. Cuando el ABURRIMIENTO reclamó por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:
- ¿Vamos a jugar al escondite?
La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD sin poder contenerse preguntó:
- ¿Al escondite? ¿Cómo es eso?
- Es un juego, explicó la LOCURA, en el que cierro los ojos y comienzo a contar de uno a un millón, mientras ustedes se esconden, y cuando termine de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.
El ENTUSIASMO danzó seguido por la EUFORIA.
La ALEGRIA dio tantos saltos que terminó de convencer a la DUDA y también a la APATIA, que nunca se interesaba por nada.
Pero no todos quisieron participar: la VERDAD prefirió no esconderse. ¿Para qué? Si al final todos la encontraban. La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que la incomodaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la COBARDIA prefirió no arriesgarse.
- Uno, dos, tres, cuatro - Comenzó a contar la LOCURA.
La primera en esconderse fue la PRISA, que como siempre cayó detrás de la primera piedra del camino. La FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió detrás de la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había conseguido subir a la copa del árbol más alto.
La GENEROSIDAD casi no consigue esconderse, porque cada lugar que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: si era un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; si era la copa de un árbol, perfecto para la TIMIDEZ; si era el vuelo de una paloma, lo mejor para la VOLUNTAD; si era una ráfaga de viento, magnífico para la LIBERTAD. Así terminó escondiéndose en un rayo de sol.
El EGOISMO, al contrario, encontró un lugar muy bueno desde el principio. Ventilado, cómodo, pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo del océano (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la PASION y el DESEO, en el centro de los volcanes. El OLVIDO, no recordamos donde se escondió, pero eso no es lo más importante. Cuando la LOCURA estaba ya por el número 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados, hasta que encontró un rosal y, cariñosamente, decidió esconderse entre sus flores.
- Un millón, contó la LOCURA y comenzó la búsqueda.
La primera en aparecer fue la PRISA, apenas a tres pasos de una piedra. Después escuchó a la FE discutiendo con Dios, sobre zoología, en el cielo. Sintió vibrar la PASION y el DESEO en los volcanes. En un descuido, encontró a la ENVIDIA y claro pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al EGOISMO, no tuvo que buscarlo; él solo salió disparado de su escondite que en verdad era un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al aproximarse a un lago, descubrió a la BELLEZA. La DUDA fue más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre un cerco sin decidir de qué lado esconderse.
Y así fue encontrando a todos. Al TALENTO entre la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una cueva oscura, a la MENTIRA detrás del arco iris (mentira, estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO, quién ya había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero el AMOR no aparecía en ningún lugar. La LOCURA lo buscó detrás de cada árbol, debajo de cada roca del planeta y encima de las montañas. Cuando estaba a punto de darse por vencida, encontró un rosal. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando en el mismo momento se escuchó un grito doloroso. Las espinas habían herido al amor en los ojos. La LOCURA no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rezó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su guía.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la Tierra, el AMOR es ciego y la LOCURA siempre lo acompaña.