jueves, 26 de junio de 2008
La luz del cielo
Vio la estela de luz en el cielo. Se dirigía a la Tierra. Corrió rápido, tan rápido que llegó el primero al gran agujero que se creó en el suelo. Había mucho humo y polvo flotando en el aire. Sin pensarlo, se internó. Nunca había tenido miedo, además, ¿qué misterios se esconderían allí?
No estuvo mucho rato, apenas un par de segundos. Al salir se encontró con el resto de los curiosos que llegaban en esos momentos. Se confundió con ellos. Nadie tenía que saber que él había llegado antes, que él había entrado, que él....
Cuando llegaron los periodistas, los reporteros, la televisión y todo el resto de medios de comunicación, se escabulló y regresó a su casa. Como si nada hubiera pasado.
Al cerrar la puerta, dejó salir un suspiro de relajación. Su mano se dirigió al bolsillo derecho del chaleco. Con cuidado, con mucha delicadeza, sacó el pequeño objeto que había ocultado allí. Lo depositó en su otra mano y lo admiró como sólo se puede admirar el tesoro más valioso del mundo: en sus manos resplandecía y latía con fuerza una estrella.
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(26/06/08)
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