
El tacto sobre las teclas es suave. Su sonido rítmico. Las manos se deslizan sin descanso sobre la superficie lisa. Es el reino de las palabras y sonidos reencontrados. El de la escucha de las musas que vagan juguetonas alrededor de la figura solitaria. Susurran ideas sin descanso en los oídos de aquellos que se enfrentan a la página en blanco. Aromas invisibles que flotan en el aire transportando sensaciones que hacen viajar a reinos lejanos a aquellos que los rodean. Y son pocos los afortunados que lo hacen, pocos los que tienen el don de escuchar, de oír y de oler las historias que flotan en el aire.
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1 comentario:
La idea del pápel en blanco me pone nervioso, prefiero pensar en un silencio que se va llenando de palabras que se llaman unas a otras conjugando una especie de melodía...
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