miércoles, 20 de febrero de 2008

(Auto)Retrato poético


Mujer de ojos limpios y alma sincera,
mirada alegre y sonrisa eterna.

Con vitalidad siempre te levantas
da igual lo que te suceda,
ya sea alegría o tristeza,
ya sea gozo o pena.

En las profundidades del mar se pierden
los que mirarte a los ojos se atreven
porque tienen el color del cielo
y la profundidad del océano.

Las perlas de tu boca brillan
como luces en la oscuridad,
faros que embrujan
incluso al más creyente.

Manos que no acarician,
manos que se deslizan,
tan suaves y sedosas
que no parecen de esta tierra.

Aroma dulce que vas dejando,
como migajas de pan,
el camino van marcando
Muchos se preguntan a tu paso
¿fue un ángel acaso?

Por muchos lugares has pasado,
en todos te han recordado,
no por tu aspecto,
de eso no se han acordado,
sino por tu presencia,
que todo parecía llenarlo:
has dejado un recuerdo imborrable,
perdurable en el tiempo

Muchos te lo han dicho,
muchos te lo han reconocido,
aunque no se acuerden de tu rostro,
tu recuerdo ha permanecido:
tus manos, además de mágicas,
han sido amigas.
Sonrisa que permanece,
aunque todo parezca perdido.

Así eres tú, mujer joven,
Así es como yo te describo.


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2 comentarios:

Florencia Pérez dijo...

Una amiga me ha enviado este poema porque le ha gustado mucho. Ella me lo obsequia para mi blog, a modo de aporte.
Solo quiero decirte que los textos e imágenes de tu espacio me han gustado también.
besos!

El pasajero dijo...

También a mi me sucedio que los pensamientos me volaban por la cabeza hasta que los plasme en una papel... no dejes que se te escapen...