lunes, 13 de diciembre de 2004

"La despedida" y III

(parte 3 y ultima)
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Cuando ya no quedaron más lágrimas en su interior, cuando ya le había dejado ir finalmente, pues sabia que ella estaba ahora en un lugar mejor, donde ya no tendría más sufrimiento, donde ya estaba curada de la enfermedad que había padecido… entonces, salió de la habitación donde había permanecido hasta ese instante, tenía que dar la mala noticia a los demás.
No hizo falta decir nada al salir de allí, sus ojos rojos de tanto llorar dijeron lo que de su boca no pudo salir: Helena ya no estaba entre ellos, había muerto, había dejado de sufrir finalmente.
No por esperada, la noticia les hizo menos daño, todos derramaron también muchas lágrimas por la amiga, por la hermana, por la madre que desaparecía de sus vidas.

Un hombre se acercó a él, su mejor amigo, para abrazarle y darle ánimos, en sus brazos llevaba, dormida, a la hija pequeña de ambos, era su padrino, la había estado cuidando desde que su madre ingresara en el hospital, en sus últimos días de vida y él ya le había estado explicando, lo mejor que había podido, lo sucedido, (aunque explicar a una niña pequeña que su madre ya no estaría a su lado para verla crecer era muy complicado, terriblemente complicado). A pesar de su corta edad (pues sólo contaba con cinco años), la niña había demostrado gran madurez (asemejándose a su madre en eso), y había comprendido que, para no sufrir más, ella tendría que dejarla, estaría observándole desde el cielo, y que, a su lado, siempre estarían su padre y su padrino para hacerle compañía.
Al sentir que le depositaban en otros brazos, la pequeña abrió los ojos, y al ver la cara llena de lágrimas de los dos, comprendió lo sucedido, y se reunió en el gran abrazo que se daban los maduros hombres e inseparables amigos desde el primer día que se habían conocido.

Una débil sonrisa se dibujó en el rostro de Helena al observar, desde el lugar donde nacen las nubes, donde se juntan las almas al ascender al cielo, el gran abrazo que se daban sus seres más queridos. Ella, a pesar de que ya no estaría con ellos corporalmente, les acompañaría eternamente.

Ven, cálmate no llores más
Sin cierras los ojos verás que sigo aquí…
… junto a ti


Fin

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Espero que os haya gustado :D
Y bueno, digamos que tengo ideas muy raras cuando oigo canciones, siempre tiendo a imaginar cosas diferentes a lo que piensan los demás... y algunas pocas de ellas suelen terminar escritas en papel (o en el ordenador, como es en este caso)
Gracias por leerlo

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